Baile Religioso Zambos Caporales |
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En Chile no hay Caporales, sino Zambos Caporales. Se incluyó el título de "zambo" para destacar una diferencia con la danza original, pero que a la vez mantuviera su conexión con ella. El término "zambo" asociado a la raza de las personas, es utilizado para identificar al individuo nacido del mestizaje de raza negra, principalmente africana, con raza blanca (europea o indígena). Este y otros detalles están bien definidos más adelante.
LAS DIFERENCIAS
Otra diferencia no menor, la representan los intérpretes, los propios danzantes. En esta versión nacional, todos los que reúnan las características, que fundamentalmente son: amor incondicional a María Santísima y a su Hijo Jesús, y querer ser parte de una hermandad de baile, pueden ingresar. No importan sus características físicas, tales como edad, rasgos faciales, contextura o defectos físicos, sobrepeso, o cualquiera otra relacionada con la apariencia física , que en la danza Caporal de Bolivia no se encuentran. Esto ocurre porque este baile se popularizó dentro de los círculos universitarios de Bolivia, donde los estudiantes participan con los atributos que le son propios a la juventud. Los Zambos Caporales del territorio nacional, para danzarle a Nuestra Madre, sólo necesitan sus pitos y un tambor. En la mayoría de las hermandades, el acompañamiento lo aportan los propios danzantes, hombre y mujeres, quienes van entremezclando con palmas al unísono, gritos característicos y silbidos coordinados a coro y otros elementos vocales que van poniendo la energía, frescura y alegría que dan vida a esta danza. También podemos encontrar otros que incluyen más instrumentos de percusión como cajas y platillos, lo que no impide que algún grupo se haga acompañar por una banda de bronces completa. Esta característica se enmarca dentro de los cánones de "sencillez" que se le imprimieron en el momento de que se iniciara este tipo de danza en Chile.
De este modo la jerarquía interracial que predominó durante ese tiempo, generó un estatus parcial que aminoraba a las personas según su raza. Donde los más afectados fueron los de raza natural, vale decir los nativos.
El aprovechamiento de la fuerza que mostraban los conquistadores, junto a la belleza de las mujeres autóctonas desencadenó la mezcla de razas, donde nacieron los mestizos quienes por llevar un porcentaje de sangre azul en sus venas, eran considerados como una raza más alta que los esclavos naturales y allí surgieron los capataces o caporales, los encargados de los esclavos provenientes de África.
Estos personajes, los caporales, para hacer sentir su presencia se colocaban cascabeles en sus pies y así el esclavo que trabajaba en la extracción de minerales advertía su presencia y trabajaba con más energía, de lo contrario, los apresuraban con golpes de su látigo (chicote), el que sabían manejar hábilmente y eran capaces de propinar con él crueles y dolorosos castigos. También existía un "Tundique" quien con un tambor repetía frases rítmicas para que los esclavos trabajaran fantaseando en el ritmo y no con la dureza del trabajo.
Los "Zambos (caporales)", como eran mestizos, tenían atuendos similares a los del español conquistador. Usaban sombreros de ala ancha, pantalones y camisas tipo gaucho, y botas similares a los patrones dueños de la mina.
AFRO-AMERICANOS EN CHILE
En Chile se prohibió la esclavitud en 1811, aunque siete años después aún se podía leer en un periódico: "Se vende un mulato de 22 a 24 años de buenas costumbres y en precio cómodo; el que lo quiera comprar véase con don Felipe Santiago del Solar".
Dentro de las fiestas religiosas del Norte de Chile, Norte de Argentina, Perú, Bolivia y parte de Ecuador se comparten muchas danzas que sin duda tienen raíces afro-americanas comunes.
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FUENTES: |
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Memoria
Chilena. Biblioteca Nacional de Chile -
Diario
El Mercurio de Calama
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